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QUINTO VIAJE INVOLUNTARIO DE SU VIDA,  PERO ESTE NO ORDENADO POR SU PADRE.

 

Don Nicolás, toma la determinación de enviarlo a estudiar a Londres, sin previa consulta a Don Ambrosio, dada su especial amistad, que existía entre ambos, ya que el trato era de amigos.

 

Tomada esta audaz resolución, no acostumbrada con el destino de Bernardo, es embarcado a Londres  y matriculado en un colegio de católicos, con la principal preocupación, que aprendiera rápidamente el idioma inglés.

 

Pasado un tiempo prudencial y cumplido la principal exigencia, de obtener un importante logro en el dominio del idioma inglés, Bernardo es enviado a un colegio en Richmond, con el objeto de continuar sus estudios principales. Este establecimiento educacional, resultó ser un colegio religioso, cuyo dueño y rector era el señor Timothy Eeles.


Este establecimiento, cumplía además las  funciones de pensionado, lugar donde Bernardo además, solucionaba sus

problemas domésticos de habitación, alimentación, lavado y otras necesidades menores.

 

RICHMOND

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Es en este colegio donde aprendió: griego, inglés avanzado, francés, aritmética, geografía, navegación, reafirmó sus conocimientos de latín  y, tantos otros relacionados con las matemáticas, pero aquí también aprendió, con resultados sorprendentes, pintura y música.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y fue aquí en Richmond, donde Don Francisco de Miranda, en calidad de profesor pasante, entregará a Bernardo las más elementales ideas libertarias, ya me permití señalar antes, que su destino estaba grabado en letras de bronce y que se irían cumpliendo en forma inexorable, hasta aquí, no ha sido de otra manera, es decir, no se ha tratado de no obedecer, el trazado de su destino.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pero, aun cuando no es mi intención, que esta narrativa, tenga una interpretación de novela, no podré dejar pasar un hecho muy especial y primario, en el joven corazón de Bernardo, aparece su primer flechazo amoroso, ella es nada menos que la hija del rector de su colegio, Charlotte, según otros escritos, aseguran que los latidos de su tímido corazón, tuvieron afortunada y, también emocionada respuesta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esta maravillosa experiencia, tuvo la duración de un egoísta relámpago, dado la ajetreada vida de nuestro joven; pero este momento, lo acompañará por prolongado tiempo, ya que lo guardó cuidadosamente.

 

En el conocimiento, del padre de Charlotte, que este niño alumno de su colegio, era hijo de un gran adinerado personaje, de un país ubicado en un lejano lugar. Por este hecho, no colocaba problemas para que su hija pudiera conversar con este muchacho, pero todo esto dentro de las instalaciones del colegio y, bajo su distante y atenta mirada.

 

Lo anterior no significaba que había entera libertad, para estos momentos tan especiales que permitían una fácil aceleración de sus corazones.

 

La madre de Charlotte, como es el caso de todas las madres, es de imaginar, siempre tenía una particular preocupación, por estos momentos emocionales de su muy  querida hija.

 

Charlotte no podía disimular, que solamente el conversar con Bernardo, al tiempo de resultarle muy interesante, dado que demostraba poseer un bagaje cultural muy significativo, experimentaba otro tipo de atracción, atracción que permitía que su juvenil y poco experimentado corazón, produjera latidos diferentes a cuando se encontraba sola.

 

Sin embargo, estos muchachos, burlaron esta restricciones  y sanamente paseaban  por los alrededores y puentes de los esteros del lugar, los que invitaban a fortalecer aún mucho más, la fuerza de ese ilusionado amor.

 

Charlotte y Bernardo, representando a un país tan avanzado y a un país tan atrasado, lograban entenderse a la perfección, usando solamente un lenguaje, que es tan universal, el lenguaje del amor.

 

Charlotte poseedora de una juventud sana, limpia de toda contaminación, llena de pureza, llena de emociones, pletórica de ternura, miraba y escuchaba con gran detención, a este Bernardo, puro de alma, lleno de sanas intenciones, dado que no conocía de otras, tierno e inocente, la única maldad era su sinceridad.      

 

Bernardo, como producto de esta nueva experiencia que estaba naciendo en él, instintivamente dio inicio a una mayor preocupación por sus estudios, ello permitió que al poco correr del tiempo, lograra una especial figuración entre los otros alumnos y una mayor deferencia por parte de sus profesores, incluido Mr. Timothy, rector del colegio.

 

En este colegio se enseñaban las siguientes materias: latín, griego, inglés y francés, lectura y escritura, aritmética, contabilidad, geografía, historia, navegación, el uso de los mapamundis y otros también de importancia.

 

Los estudios de dibujo y música, que Bernardo había decidido continuar, se pagaban aparte del costo de sus materias normales.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lo anterior permitía que Bernardo, fuera observado desde otra óptica, más afectuosa, más complaciente, dado que además de ser hijo de un influyente personaje de su país, mantener todos sus pagos siempre sin inconveniente, demostraba con mucha claridad, sus sobresalientes condiciones de alumno muy aventajado.

 

No solamente los profesores le tenían a Bernardo, especial afecto, sino que sus compañeros de colegio, le prestaban especial

interés a sus diarios comentario y, quedaban extasiados cuando narraba sus travesías por mar o cuando en sus narrativas incluía el idioma mapuche y, es más cuando les contaba de su convivencia con estos naturales.

 

Sus compañeros de colegio, le tenían considerado como un líder, un muchacho tan joven y tan lleno de una vivencia tan distinta a la de ellos, Bernardo era como si hubiera llegado de otro planeta, les contaba con tanta facilidad, vivencia de lugares por ellos tremendamente desconocidos.

 

Todo esto era ampliamente conocido por el cuerpo de profesores, por el rector y desde luego por Charlotte, que además contaba con el privilegio, que a ella Bernardo le contaba pasajes mucho más maravillosos, porque esos relatos estaban empapados de ternura.

 

Es en este colegio, donde Bernardo toma contacto con Francisco de Miranda, quien se desempeñaba como profesor pasante, al tiempo de poder comprobar su calidad de  alumno muy destacado, pudo detectar que se trataba, de un muchacho nacido en Chile, país que desde luego él tenía conocimiento muy completo.

 

Allí fue donde Miranda, colocó énfasis en este muchacho de apariencia tan viva, de mente tan clara y despierta, lo más curioso e importante, proveniente de un país, del cual él no tenía a una persona de contacto, para sus planes independentistas.

 

Miranda como ya lo conocemos, hombre de muy marcada cultura, de gran experiencia, no tuvo inconvenientes en detectar prontamente, las jóvenes condiciones especiales de este muchacho, que reunía todas aquellas, que el necesitaba.

Miranda dado que ya tenía en la mira, a la persona que con toda seguridad, le sería de gran utilidad, da inicio a una no disimulada estrategia de acercamiento cultural, al principio y personal, algo más tarde.

 

No se podrá negar que en Bernardo sucedió algo muy parecido, este profesor para él era un sabio, tenía respuestas para cualquier duda, dominaba varios idiomas y como militar pertenecía a varios ejércitos, cosa que no entendía muy bien.

 

Se podría decir que Miranda, logró establecer una verdadera amistad, logró establecer un mutuo respeto, logró establecer una leal camaradería. Miranda estaba cada vez más convencido que no se estaba equivocando.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bernardo por otra parte, se sentía como apoyado por este hombre de tanta cultura, de tanta personalidad, de tanta seguridad, claro está que ignoraba, que era el destino, ese destino que le jugó tantas, variadas y especiales jugadas.

 

En las vacaciones Bernardo, se instaló en un balneario muy distinguido y que según él, ese era el lugar que le debía corresponder a su rango, como hijo de ese padre tan poderoso, que si bien es cierto no le podía entregar ese amor tan especial de padre, por lo menos, en lo otro no estaba mal.

 

Que habría pensado su Charlotte, si lo hubiera realizado en un balneario de menor calidad social y económica, aquello para Bernardo, resultaba imposible, su Charlotte no podía formarse una equivocada imagen.

 

Este comportamiento de Bernardo, produjo un grave inconveniente en sus administradores judíos, Samuel Spencer y Enmanuel Perkins, que veían con muy malos ojos este, según ellos, desenfrenado derroche de los dineros.

 

Estos administradores judíos, como un ejemplo, podríamos, decir que si Don Ambrosio enviaba 100, ellos cobraban 90 por gastos de administración y los otros 10 eran destinados para Bernardo. Por lo tanto, cualquier desajuste en los gastos, hacía peligrar sus usureras ganancias, lo que lamentablemente, nadie se preocupó de controlar y menos de exigir una rendición de cuentas, con el detalle de los gastos, es por esto que estos administradores, realizaban su actividad sin mayores preocupaciones y, mucho menos temores.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Spencer y su socio, dieron cuenta a Don Nicolás y a Don Ambrosio, que Bernardo estaba peligrosamente realizando gastos más allá de lo presupuestado y que por lo tanto, ellos con los dineros enviados no alcanzaban a cubrir estos, caprichosos gastos.  

 

Esta corta ilusión, como ya lo hemos dicho precedentemente, estuvo marcada, por la poco afortunada participación, de estos dos personajes tan especiales, que Don Nicolás de la Cruz, había encargado la administración de los dineros enviados para solventar los gastos de Bernardo, y mucho menos el  manejo poco escrupuloso de los dineros, de nuestro niño.

 

Consecuentemente con todo lo anterior, en relación con los dineros, estos administradores inescrupulosos, deciden por propia iniciativa, dar término a la entrega de ellos, solamente y como una muestra de bondad, ¿sabrían ellos que significado tiene la palabra bondad?, determinaron hacer entrega de dinero, para los gastos de alojamiento y alimentación, única y exclusivamente.

 

En conocimiento del padre de Charlotte, que este alumno, ya no contaba con el suficiente dinero para cancelar la colegiatura, pensión y los servicios, dio total prohibición a su hija, para mantener amistad con este niño de  dudoso destino.

 

Este incómodo procedimiento motivó a Bernardo para escribir una carta a su tutor Don Nicolás en Cádiz, dando cuenta de este bochornoso procedimiento de los administradores, que determinaban a su exclusiva voluntad, cómo y en qué forma determinaban sus usos, dejando  a entender, entre líneas,  que no se estaba practicando un adecuado control a estos personajes, dado que lo estaban colocando en esta incómoda situación, de tener que hacer abandono  de este colegio por falta de pago.

 

Agregaba en esta carta y, con gran personalidad, que por falta de control, estos administradores estaba demostrando ser unos verdaderos y descarados usureros, solicitando a su tutor se preocupara de esta molesta situación, que debía estar soportando y, que su padre fuera informado de estos graves problemas.

 

Lo que ignoraba Bernardo, era que los usureros, inteligentemente, ya habían dado cuenta a su manera, con sus mentiras, a Don Ambrosio y a Don Nicolás y, que ambos habían dado crédito a la carta denuncia.

 

Don Ambrosio, sin embargo a pesar de haber tomado conocimiento de la carta de los judíos, resuelve enviar los dineros, que permitirían a Bernardo, continuar con sus estudios en Richmond, dinero que fue recibido por Don Nicolás y este lo remitió a los administradores y sin conocimiento de Bernardo.

 

No obstante lo anterior, este dinero fue recibido por los usureros y, en absoluto fue puesto a disposición de Bernardo, quien empezaría a sufrir miserias, por esta irresponsabilidad.

 

Don Nicolás, al tomar conocimiento que Bernardo estaba dejando Richmond lo tomó como una personal determinación, es más como una clara rebeldía juvenil y esta actitud, lo convencía una vez más, lo comentado en aquella carta de los administradores, que daban cuenta del derroche, de los dineros, practicado por Bernardo resolviera poner término a sus estudios en Richmond.

 

Bernardo debe hacer abandono de su colegio, debe hacer abandono del lado de su Charlotte y, debe hacerlo, pero esta vez debe hacerlo a pie, no tiene dinero ni para pagar un pasaje y piensa que no tendrá dinero para comer ni para alojar.

Quinto viaje

Página N° 15

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